En la actualidad existen planes de ayuda a la Formación Continua financiados por El Fondo Social Europeo y la Fundación Tripartita.
La experiencia diaria nos enriquece y ayuda a cumplir las expectativas marcadas, sin embargo debemos tener en cuenta que la formación no es una pérdida de tiempo o un gasto para la empresa si no todo lo contrario, es una inversión a largo plazo.
Por esto, no sólo la empresa tiene que entender la Formación como una inversión, también el propio trabajador debe valorarlo así, teniendo en cuenta que por un lado va a aportar un mayor valor a su empresa y por otro va a aumentar notablemente su enriquecimiento intelectual y personal.
Artes gráficas, idiomas, fotografía, agricultura, medio ambiente, sanidad...un amplio abanico de especialidades que según nuestro sector, creemos que conocemos en profundidad. Pero nada más lejos de esa realidad, sabemos que podemos mejorar en aquello que dominamos y hacer más sólido nuestro conocimiento en lo que desconocemos o que conocemos superficialmente. Bien es sabido que cada día aparecen conocimientos nuevos y ¿Qué mejor manera de enfrentarnos a esta sociedad que actualizándonos?
Como ya se comentó en otro post, es muy fácil conseguir la mejor formación para los empleados de su empresa (ver Formacion Continua y éxito laboral), pero aún con todas esas facilidades hay un gran número de ellas que no llegan a consumir el 100% del crédito que les es asignado. Por ello nos podemos plantear: ¿Cuál es el interés de las empresas/trabajadores en mantenerse actualizados?
Toda empresa que decida invertir en formación dará a conocer a sus empleados el interés que tiene en ellos como personas, como trabajadores y como parte importante dentro de la organización.
El beneficio de la formación es sólo tanto para el trabajador, como para la empresa, ya que para ambos supone una inversión para enfrentar los retos del futuro. Entre los beneficios, podemos destacar:
- Favorece la igualdad de oportunidades y la promoción personal y profesional.
- Permite al trabajador prepararse para la toma de decisiones y para la solución de problemas.
- Logra metas individuales.
- Eleva el nivel de satisfacción en el puesto de trabajo.
- Ayuda a la integración en la empresa.
Para obtener programas de formación eficaces es necesario que la empresa siga un procedimiento que incluye tres fases fundamentales:
1. Detección y análisis de las necesidades de formación:
Contribuye a que la empresa no corra el riesgo de equivocarse al ofrecer una formación inadecuada, lo cual conllevaría gastos innecesarios.
2. Identificación de los recursos necesarios:
Los Recursos que requiere la formación son de suma importancia ya que sin los mismos no puede ejecutarse los planes formativos. Hablamos de la asignación presupuestaria, los materiales necesarios, la infraestructura, etc.
3. Ejecución de programas de formación:
Aquí se debe concretar el nombre de la acción formativa, objetivos generales y específicos, contenidos, metodología, duración, participantes, lugar, horario, docente, modalidad (presencial, teleformación, a distancia o mixta), coste y evaluación de la formación, así como los participantes que asistirían a la misma adecuando a su perfil el curso impartido.
Si miramos hacia un futuro más alejado nos daremos cuenta que gracias a la formación, lo que en un principio era una “pérdida de tiempo” se transforma en una mayor rentabilidad económica y en un aumento de la eficacia en el trabajo realizado.
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